Cada semana, previo al encuentro en Santiago de Chile, un hermano de Taizé
comparte una introducción bíblica del Evangelio de Marcos.
¿Cuántas parábolas hay en este capítulo? Tres, podemos decir 4 con el relato de la calma de la tempestad. La parábola del sembrador, la parábola de la vitalidad de la semilla y la parábola de la semilla de mostaza.
Marcos presenta a Jesús en su faceta de Maestro enseñando con parábolas. Las parábolas ya las encontramos en el Antiguo Testamento y en otras religiones. Su finalidad es llegar a creer, llegar a tener fe. Jesús enseña con ellas siendo cercano al sentir del pueblo, ellas son cercanas a la vida rural de Palestina. Las parábolas son una llamada a la vida personal, a una respuesta: ¿tú qué clase de tierra eres? "el que tenga oídos para oír que escuche" (Mc 4, 9).
"Las parábolas dicen más de lo que está escrito"
Paul Ricoeur, filósofo francés
Parábola del sembrador (Mc 4, 3-9)
« Salió un sembrador a sembrar. Al sembrar, unas semillas cayeron junto al camino; vinieron las aves y se las comieron. Otras cayeron en terreno pedregoso con poca tierra. Al faltarles profundidad brotaron enseguida; pero, al salir el sol se marchitaron, y como no tenían raíces se secaron. Otras cayeron entre espinos: crecieron los espinos y las ahogaron, y no dieron fruto. Otras cayeron en tierra fértil: brotaron, crecieron y dieron fruto; produjeron: unas treinta, otras sesenta, otras cien. Y añadió: El que tenga oídos para oír que escuche.» 3-9
El libro del Genésis está detrás (como en el capítulo 1 de Marcos, en el bautismo de Jesús). Dios está creando, está derramando semillas. La creación va apareciendo, va creciendo.
La creación aparece como un sembrador que salió a sembrar.
Difícil de comprender porque no se había hablado de Dios como un sembrador que sale a sembrar. ¿Qué más explicación queremos? Él siembra en todo tipo de tierra, buena y mala, con toda generosidad, para todos... Se resalta la universalidad de la Buena Noticia, en todo tipo de tierra cae el grano, la semilla. Así también sucede con el anuncio del reino.
Propósito de las parábolas (10-12)
De un escenario público, pasamos a lo privado. El grupo más cercano pregunta sobre el propósito de las parábolas. Y la respuesta de Jesús es a simple vista desconcertante.
«A ustedes se les comunica el secreto del reino de Dios;
pero a los de fuera todo se les propone en parábolas, de modo que:
por más que miren, no vean;
por más que escuchen,
no comprendan;
no sea que se conviertan
y sean perdonados.»
Algunas sentencias son difíciles de comprender («no sea que se conviertan y sean perdonados»). ¿Qué pretende [Jesús] con esto? Advertir el carácter misterioso del reino, está presente pero a la vez oculto. Quien se cierra a él es como aquel que mira pero no ve, escucha pero no entiende (Is 6,9s). 1
Explicación de la parábola del sembrador (13-20)
Jesús invita a sus discípulos a reflexionar sobre sí mismos. ¿Qué disposición tienen a su Palabra: el anuncio del reino? Mientras que en la parábola se resalta la acción del sembrador y la suerte de la semilla (1-9), aquí se resalta la calidad del terreno. Sólo si la semilla, es decir, la Palabra, cae en terreno bueno, dará fruto. La explicación es una invitación a poner nuestro propio lenguaje, nuestras propias dificultades, tribulaciones.
Parábola de la vitalidad de la semilla (Mc 4, 26-29)
«El reino de Dios es como un hombre que sembró un campo: de noche se acuesta, de día se levanta, y la semilla germina y crece sin que él sepa cómo. La tierra por sí misma produce fruto: primero el tallo, luego la espiga, y después el grano en la espiga. En cuanto el grano madura, mete la hoz, porque ha llegado la cosecha.»
Noche y día. El libro del Génesis. La luz aparece, las aguas se separan.
«Y la semilla germina». La creación tiene su ritmo, una cosa hace posible la siguiente. En un mundo productivo, eficaz y consumista como el actual, una semilla que crece sola es importante. Las parábolas aparecen en medio de la tensión que existe entre la paciencia y el crecer, en un mundo en el que todo va deprisa.
La semilla crece progresivamente en el silencio, desapercibido, más allá de los éxitos y fracasos humanos, pues es Dios mismo quien lo hace crecer. Esto no niega la participación humana, pues en la parábola se habla de la siembra y de la cosecha que realiza el agricultor. 2
Parábola de la semilla de mostaza (Mc 4, 30-32)
«después de sembrada crece y se hace más alta que las demás
hortalizas, y echa ramas tan grandes que las aves pueden anidar a su sombra.»
Aparentemente se trata de algo insignificante, pero una vez en movimiento, no tiene fronteras, está abierto a todos. Estas dos parábolas de las semillas son un mensaje de ánimo y esperanza.
Calma una tempestad (Mc 4, 35-41)
Conforme a la universalidad del anuncio del Evangelio, Jesús se dirige ahora a tierra de paganos. Para ello debe cruzar el lago de Galilea (el "mar" de Galilea no es un mar sino un lago). Se levanta un viento huracanado y los discípulos asustados despiertan a Jesús que dormía.
Jesús aparece como la creación, calmando a los vientos. En el pensamiento judío el mar era símbolo del mal. Aun con la calma de la tempestad los discípulos se quedan con miedo, no comprenden. Lo que sale es que lo llaman "Maestro".
Puede haber también tempestades en nuestras vidas cuando parece que Jesús no está ahí.
«¿Aún no tienen fe?» Se ve la poca aceptación que está teniendo el mensaje de Jesús y que sabemos el final, que terminará solo.
«¿Aún no tienen fe?» Se ve la poca aceptación que está teniendo el mensaje de Jesús y que sabemos el final, que terminará solo.
Marcos termina el capítulo con la pregunta que sigue durante todo el evangelio: «¿quién es éste que hasta el viento y el lago obedecen?»
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2 - Comentario Mc 4,26-32