En la misa, durante las peticiones, recordó a Taizé y la Peregrinación de Confianza. Así, al final, Francisco, un señor de aspecto amable, nos saluda a los tres y pide hablar con nosotros. Cambió sus compromisos y nos invitó a desayunar. Hacía 3 días que había terminado de leer un libro del Hermano Roger y se le hacía mucha coincidencia que estuviéramos con él. Se aseguró de preguntarlo todo, sobre la comunidad, la vida en la colina, el programa diario, la logística, los jóvenes, mi experiencia... Aún no concluíamos con una pregunta cuando venía la siguiente. Mery me diría: "te preguntaba lo que nosotros no nos atrevíamos".
Hacia la noche, tuvimos una reunión con los jóvenes de la Pastoral Juvenil de Cochabamba, que han mostrado interés para ir al encuentro en Santiago. Ellos son muy organizados y veían hasta el último detalle para el viaje. Quieren ir no sólo como delegación de Cochabamba, sino como delegación Boliviana, invitando a grupos de otras ciudades de Bolivia. En media reunión llegó Anita con Sebastián, el simpático argentino con el que haría el resto de la visita a Santa Cruz y Trinidad. A la reunión llegaron algunos amigos de Sebastián que hizo cuando estuvo preparando el encuentro que se hizo en la ciudad en el 2007, las Jornadas de Reconciliación. Tomamos eso como pretexto para irnos a cenar. No podíamos irnos de Cochabamba sin comer un silpancho, así que fuimos al Palacio del Silpancho para resolver ese tema...
El argentino y el mexicano inician la aventura... |
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