Durante la oración del atardecer, en el encuentro
de Santiago, el hermano Alois comparte una meditación.
La fe se presenta, hoy más, como un riesgo: el riesgo de la confianza. Para correr este riesgo, necesitamos de todas nuestras capacidades humanas: tanto las del corazón, como las de la razón.
Incluso siendo creyentes, no buscamos siempre profundizar suficientemente en nuestra fe. A veces ocurre que la diferencia entre los conocimientos en el ámbito de la fe y los adquiridos en otros ámbitos se hace cada vez mayor. Una fe que se queda en expresiones aprendidas durante la infancia difícilmente podrá hacer frente a los interrogantes de la edad adulta.
La búsqueda de una comunión personal con Dios es entonces aún más importante. ¿Cómo profundizar más en ella? ¿Cómo alimentar nuestra esperanza?
Incluso si entendemos poca cosa del Evangelio, podemos buscar comprender más a partir de una palabra, e intentar ponerla en práctica. Todos nos podemos preguntar: Para mi, ¿cuál es la palabra del evangelio que me impresiona mas y que me gustaría poner en práctica hoy mismo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario