Durante la Peregrinación de Confianza, se lee el texto
del hermano Alois y se reflexiona en pequeños grupos.
“¡Deja la tristeza, la alegría del corazón es la vida del hombre!”- esta llamada de un creyente que vivió mucho antes de Cristo está dirigida también hoy a nosotros. La felicidad ¿quién no la busca? ¿Quién no quisiera descubrir y desarrollar los dones depositados en cada uno? Lo que lleva a una vida humana a su realización, no son las hazañas espectaculares, sino la alegría serena que toca las profundidades del corazón. El carácter inacabado de toda vida, las fragmentaciones y los sufrimientos no desaparecen, pero tampoco ahogan la serenidad.
Nuestras existencias pueden atravesar dificultades y sufrimientos y, a veces, durante largos períodos. Sin embargo, quisiéramos siempre intentar reencontrar la alegría de vivir. ¿De dónde nos viene? Ella se alimenta de encuentros que nos marcan, de amistades duraderas, de la creación artística o incluso de la belleza de la naturaleza...
También nos viene del interior: el amor que recibimos, hace nacer una felicidad que, poco a poco, llena el fondo del alma.
Es entonces que somos conducidos a hacer una opción por la alegría.
El Espíritu Santo deposita en lo profundo de nuestro ser la alegría de Cristo Resucitado. Esta alegría no esta presente solamente cuando todo resulta fácil. Cuando nos encontramos ante una tarea exigente, el esfuerzo puede reavivar la alegría.
Incluso en las pruebas, algunos se atreven a hacer referencia a esta alegría que puede esconderse como una brasa entre las cenizas sin apagarse. En la alabanza dejamos que se muestre en nosotros y, de golpe, todo se ilumina.
• ¿Cómo pequeñas alegrías cotidianas pueden alimentar y determinar nuestras opciones más profundas? ¿Estoy suficientemente atento a éstas?
• Saber esperar, cambiar las cosas desde el interior, decidirse... ¿son acaso actitudes incompatibles con la alegría?
• Una opción por la alegría, una opción por el Reino: ¿Con qué gestos concretos podemos renovar, día a día, dicha opción?
• ¿Cómo una opción por la alegría puede convertirse en una opción por la vida y en una opción por los demás?
• Saber esperar, cambiar las cosas desde el interior, decidirse... ¿son acaso actitudes incompatibles con la alegría?
• Una opción por la alegría, una opción por el Reino: ¿Con qué gestos concretos podemos renovar, día a día, dicha opción?
• ¿Cómo una opción por la alegría puede convertirse en una opción por la vida y en una opción por los demás?
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